Hace rato que los mini-huertos, terrazas con especias e incluso plantaciones en calle dejaron de ser la opción verde de unos pocos.
A los chilenos cada día nos gusta más comer lo que plantamos en “huertos urbanos”, como los han bautizado y, en esa línea, me pareció muy atractiva la propuesta Cultiva+ de Frutos de Lonquén.
Me refiero a una caja de cartón que en su interior trae un bloque con residuos de madera (una especie de paja), mezclado con el micelio o conjunto de raíces del hongo, listo para ser reproducido. El bloque, por cierto, está cubierto por una bolsa plástica. Maravilla de invento.
El 26 de diciembre pasado puse en marcha el proceso reproductivo de mi bloque. Para que entiendan cómo funciona, les cuento que a una de las 4 caras de la caja se le quita un pedazo de cartón que viene prepicado. Luego, el bloque interior se saca de la caja, se le hace un corte en V a una de las 4 caras del plástico que lo cubre y se sumerge en agua durante 4 horas. Tras ese proceso, vuelve a la caja de cartón.
El corte en V del plástico queda en dirección a la cara de la caja que tiene el pedazo menos de cartón: por ahí se humedece diariamente y por ahí salen los champiñones. Por el décimo día, empiezan a crecer los hongos.
En mi caso, después de 15 días empezaron a crecer los champiñones Ostra. ¿Por qué la demora? Cometí el error de cortar el trozo de plástico en V. Como demoraba en crecer, pensé que era mejor que recibiera aire y luz sin el plástico en medio. Cueeeec. Gran error.
El plástico ayudaba a mantener humedad y calor. ¿Resultado? Mi producción de champiñones fue menor, pero por mí culpa, no porque el kit Cultiva+ sea un mal producto.
El champiñón es firme, no se deshidrata al cocinarlo y su sabor es maravilloso. Los preparé salteados en aceite de oliva con ajo frito de Brasil (es parecido a los terrones de azúcar chicos) y sal. Muy sabrosos. Si te gustan los champiñones, produce los tuyos con #cultiva+. #SOYprueboytecuento